Decía Picasso que el camino de la juventud lleva toda la vida porque hace falta mucho, mucho tiempo para ser joven y que con los años y la experiencia, no se envejece, sino que se madura. Sabias palabras del sempiterno genio que hacía real lo que era capaz de imaginar y que, cuando alguien le sugería que era demasiado viejo para hacer alguna cosa, procuraba hacerla enseguida. Una vez leí que su madre le decía cuando era niño que: si se hubiera hecho soldado, hubiera llegado a general y si se hubiera hecho cura, hubiera llegado a Papa. Por suerte, quiso ser pintor y llegó a ser Picasso.