miércoles, 10 de abril de 2013


La manera en que nacemos marca de por vida muchas emociones básicas que sentimos habitualmente. El miedo, la rabia, la inseguridad pueden ser emociones aparecidas incluso antes del parto, y que pueden sanarse.
Nacer y morir son dos caras de la misma moneda, y podemos recibirlo con ojos abiertos, creando así una cultura que honre esos procesos vitales.

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