domingo, 28 de abril de 2013


No ejerzas de profeta. Nunca digas: "Eso no me va a pasar a mí”. La vida tiene una manera curiosa de demostrar lo equivocados que estamos. Pero haber cometido errores no significa que debas morirte de vergüenza. Nadie es perfecto. Así que perdónate a ti mismo por no haber actuado mejor y avanza con esa lección ya en tu mente. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Es muy feo señalar los defectos de los demás, cuando no se hace absolutamente nada para corregir los propios. Recuerda que conocer a una persona es conocer sus límites y amarla es aceptarlos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario