miércoles, 10 de abril de 2013

Nuestro desafío no consiste en eliminar el dolor, sino en transformarlo. Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento. A veces alguien tiene que hacerte un daño suficientemente grande, para abrir los ojos y comprobar lo buena que sería nuestra vida sin ellos. Al final la soledad duele no por no tener a alguien al lado, sino por la falta de amor hacia uno mismo. Recuerda, se prescinde del dolor, no del recuerdo. Tener clase es la capacidad de salir de una mala situación con una sonrisa en la cara y el perdón en tu corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario